Lunes de duelo por el asesinato de Fuentealba a manos de la policía neuquina. Las marchas y movilizaciones en todo el país pusieron en jaque al Negro Oro y su fiel asistente Robin, digo Feinmann (no José Pablo, sino el malo). ¿Cómo combinar el asesinato por la espalda que le propinaron al maestro cuando se retiraba pacíficamente, con el repudio a todo pedido polpular para mejorar la calidad de vida? Feinmann lo logró con un "son así" (ellos, los otros) porque según su mirada se hizo un aprovechamiento político del cadáver del docente. Impresentable.
Feinmann utilizó estos hechos para evaluar más y mejores formas de represión "hay que encontrar un punto medio entre dejar que te corten la ruta y matarlos". Mientras tanto evidenció su lógica de entender la aplicación de la ley, que él tanto defiende. Así, con el culpable del asesinato: "hay que agarrar el código penal y partírselo en la cabeza". Pero el espectro de Radio 10 también demostró, una vez más, su forma manipuladora de tratar las noticias: en comunicacíón telefónica, el hermano de la víctima, Darío Fuentealba, se quejó de que el "cabecita" (cabecilla) (Darío Fuentealba dixit) del ATEN (ATE de Neuquén) no le presentó condolencias a la familia (la parte que él representa, que ya se encuentra en Mendoza, había aclarado que no sabía que su hermano participaba de las protestas). Entonces el servicio informativo de la 10, unos minutos más tarde tituló "La familia de Fuentealba dijo que el sindicalismo no presentó condolencias". Así, de una persona que no se presentó, se deriva que todo el movimiento que está en lucha no le importó la víctima, y que por lo tanto sólo es un arma política para lograr sus objetivos. Todo esto en un día de populosas manifestaciones, en el que hasta (!) pararon por repudio y duelo los colegios privados.
Cualquier cosa, con tal de informar y sacar partido para sus propios intereses. Se puede apreciar quién es el que utiliza políticamente a una víctima.
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