En un esfuerzo periodístico sin precedentes, un grupo de los más audaces cronistas deportivos de El Fundidor pudo acceder a una conversación de la más absoluta intimitad con el conductor del seleccionado argentino de fútbol, Alfio Basile, en momentos en que degustaba su quinto whisky de la noche en el bar del lujoso hotel de Maracaibo donde se hospeda el equipo nacional, y donde el Coco cuenta con canilla libre, gentileza del líder de la revolución bolivariana, Hugo Chávez Frías.
Caídas las barreras de la formalidad bajo el peso de 75o cc del mejor escocés, el entrenador dos veces campeón de la Copa América accedió a confiarle a este medio sus planes para los próximos tres años de la selección argentina. A saber:
En caso de ganar la final del domingo contra Brasil:
2008: campaña arrasadora en la primera etapa de las Eliminatorias.
2009: ganar la Copa América, pero a costa de complicar la clasificación para el Mundial. Convocar, en calidad de salvador, a un aparentemente recuperado Ariel Ortega para conseguir a duras penas un lugar en Sudáfrica 2010.
2010: arrancar el Mundial goleando a una selección de los balcanes, con gran actuación de Ortega quien, tras la segunda victoria se retirará del campo de juego de la mano de una enfermera rubia y un poco gordita. El análisis antidóping dará positivo en vino blanco de caja con Sprite. Suspensión para el Burrito y depresión profunda para el equipo que será eliminado en octavos de final por una selección del este europeo. Tranquilidad de conciencia para el técnico, que sabe que volverá a ser contratado para la etapa previa al Mundial 2022.
En caso de no ganar la final del domingo, "habrá que improvisar".
Es palabra del Coco.
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