Ya duró bastante. Igual, da un poco de pena mandar para abajo a las tetas de Úrsula. Uno querría que se mantengan siempre arriba. Pero la vida debe continuar.
Y también el show. Así lo entendió Callejeros y así lo entendió la Comisión Organizadora Provincial para la final de la Copa Davis, encabezada por el secretario general de la gobernación, José Scioli, que preparó una ceremonia inaugural completamente anacrónica, al mejor estilo de "La fiesta de todos".
Cuando creíamos que la bandas militares estaban desterradas para siempre de los eventos deportivos, el gobierno progresista de la provincia de Buenos Aires vuelve a poner en escena a una de estas orquestas de limitado repertorio. No se sabe si por cinismo o estupidez, la banda se presentó tocando la Marcha de San Lorenzo, obra compuesta en memoria de una batalla entre los dos países que compiten en la final.
El autoritarismo y el espíritu antidemocrático que caracterizan a los argentinos estuvieron bien representados por ese primer número, pero para completar la otra mitad del ser nacional, la ceremonia también tuvo lugar para el tradicionalismo conservador, encarnado en la figura de La Sole, que cantó apenas la última estrofa de una versión recortada del Himno. Es lo que pasa siempre: la canción patria no fue pensada para los tiempos televisivos.
Párrafo aparte para el público, que llegó en masa (en masita) y alentó de principio a fin agitando sus joyas con gran estruendo. Un selecto grupo de burgueses sobrealimentados y con problemas de colesterol, acostumbrado a copiar los gestos de la popular futbolera, pero con educación. Así, por ejemplo, el público del tenis no te silba los himnos y hasta aplaude a los jugadores rivales cuando entran a la cancha. ¡Hasta los puede llegar a aplaudir si hacen una buena jugada! No dejan de felicitarse por este comportamiento que, junto con su objetividad y desapasionamiento para analizar el juego, terminan de separarlos definitivamente de la estúpida masa ignorante y peronista.
Por todo esto no fue necesario un hipotético "¡hijos de puta!" de Ferrer, como el de Diegote en el '90, durante la ejecución del himno español.
Habrá más informaciones para este boletín.
3 comentarios:
es un espectaculo para garcas, ojala que ganen lso gallegos y se metan la ensaladera en el orto
Si el tenis en esta ocasion estaba lleno de gente adinerada, ya que la entrada estaba mas cara que una a la semifinal del masters de Paris.
Quieren que las pocas locaciones a la venta, solventen todos los gastos de un estadio que se va a desarmar.
Por eso la plebe, de la cual me incluyo, que ama al tennis, ni por asomo puede ir.
Pero el buen juego hay que disfrutarlo tanto de nuestro equipo, como el del adversario, es el disfrutar del deporte, parte de esa esencia que lo caracteriza.
Y en parte, eso se perdio en el futbol.
Es verdad, pero es puro esnobismo. Seguro que varios de los que están en Mar del Plata, el domingo que viene van a la tribuna de socios de River y se pasan los noventa minutos puteándolo a Ahumada como si les hubiera matado a la madre, o van a los palcos de Boca a escupir a los suplentes del equipo rival.
Pero en el tenis se comportan como caballeros. El placer está en demostrar que conocen los códigos, y cómo eso los eleva por sobre la plebe.
Porque además, la mayoría no debe ser público habitual del tenis, sino que van porque "hay que ir". Por eso, porque son ajenos, están más preocupados todavía por seguir los códigos.
Todos putos.
Publicar un comentario