Más allá de la actitud cínica que tanto nos gusta adoptar y en la que nos sentimos tan cómodos, el aliento de los gordos burgueses para recibir a José Acasuso pone la piel de gallina.
La situación está dada para terminar en un fracaso o en un triunfo épico. Acasuso puede ser Goycochea en el '90, entrando por el titular lesionado y convirtiéndose en el héroe de una gesta memorable (aunque aquélla haya terminado con un segundo puesto), o puede ser Leo Franco en el 2006.
A ver qué pasa.
ACTUALIZACIÓN:
1 comentario:
que rejunte de amargosss!
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