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11 de mayo de 2008

REPUDIO

¡¡Publicistas, dejen de imitar a Capusotto!! ¡Tengan una idea!




Nada como el original.

11 de abril de 2008

¿QUERÉS DISFRUTAR LA VIDA HOY? ¡DISFRUTÁ ESSSTA!

Hace apenas seis años no se podía decir "banco" porque te bajaban la dentadura de un cacerolazo. No había institución en el país con peor imagen y con menos credibilidad. Como el chico quilombero, que cuando está calladito es porque sabe que se mandó una cagada, de un día para el otro los bancos retiraron todo su arsenal publicitario de los diarios, las radios y la televisión.

No duró mucho. Hoy, ya plenamente recuperados en la consideración popular, los bancos son otra vez entidades amigables y familiares, y sus eslogans, nombres y colores nos asaltan a cada paso, saliendo hasta de abajo de los adoquines. Con toda soltura y confianza, saturan las pantallas, las páginas y espacios públicos con sus imágenes, ¡y hasta se dan el lujo de hacer humor! ¡Los bancos hacen humor! ¡¡¡LOS BANCOS!!! ¡¡¡HUMOR!!!

No sólo eso: además ahora se permiten burlarse del esfuerzo de un perejil por un objetivo modesto, del pequeño fracaso de un cuatro de copas y de las frustraciones cotidianas de los eternos perdedores, como en esta propaganda (sí: "propaganda"; publicitarios, ¡chúpenla!) del Banco Francés:



Esperamos que esté próxima la hora en que vuelvan a confiscar los ahorros de la clase media para por fin ver desaparecer esta inmundicia publicitaria de las prístinas pantallas de la televisión argentina.

Y todo esto por no decir nada de que el estilo de enumeración de situaciones bizarras con locutor de pronunciación heterodoxa y música pop berreta de la década del ochenta ya está muuuy visto en la publicidad argentina. El humor bizarro es de Capusotto, Alberti, Casero, etc. Por más que copien algunos giros y mecanismos, nunca uno de estos "creativos" -vomitemos juntos- va a entender de qué se trata.

¡Muerte a los banqueros y a los publicitarios!

Y para remarcar la diferencia, por si fuera necesario: